La aparente estabilización de contagios, el avance de la vacunación y la entrada en vigor del pasaporte COVID a principios de mes, había llevado al sector turístico a anticipar el comienzo de la mejora de sus ingresos dando alas a una campaña de verano exitosa. Sin embargo, el disparo de contagios entre los no vacunados en nuestro país hace augurar el inicio de una quinta ola.
El índice de transmisión del Covid descendía a finales de abril hasta la semana del 20 de junio cuando empezó a subir debido al aumento de positivos entre la población joven. Según fuentes oficiales, esta nueva ola podría ser “la madre de todas las olas” con la escalada más rápida desde que se declaró la pandemia en marzo de 2020.
Los rebrotes suponen una oleada de incertidumbre para el turismo y, en concreto el sector aéreo, que se ha visto fuertemente golpeado desde los inicios de la pandemia y que ahora vuelve a verse amenazado como consecuencia del incremento de contagios. El cierre generalizado de las fronteras aéreas para el tránsito de pasajeros nacionales y turistas internacionales ha llevado a la industria aérea a una seria crisis de la que está siendo complicado salir.
La reciente subida de contagios afecta principalmene a jóvenes, y ha coincidido con el macrobrote de Mallorca, donde cientos de estudiantes dan positivo por el viaje fin de curso. Otras comunidades como Cataluña y Cantabria, ya notifican más de 1.300 casos de incidencia acumulada en la franja de los 20 a los 29 años, y según los últimos datos Navarra ha registrado un notable incremento de los casos positivos superando más de 400 contagios.
Las islas españolas, destino favorito de verano, tanto Mallorca y Menorca como Tenerife vienen registrando los últimos días un aumento de nuevos contagios diarios hasta superar los 300. Junto a esta creciente incidencia en las islas, también grandes mercados como el británico vienen registrando un repunte disparado de casos de Covid similar al de los inicios de las olas previas, lo cual hace augurar posibles nuevas restricciones.
La tranquilidad con la que el Gobierno está tratando el fuerte incremento de los contagios en la costa y las zonas turísticas españolas choca con la preocupación que se extiende entre los empresarios del sector, sobre todo en cadenas hoteleras, turoperadores y líneas aéreas, que ven en esa progresión del virus un riesgo de que se tomen medidas restrictivas sobre el movimiento de sus turistas a medida que empeore la situación.
El temor generalizado ante una quinta ola siembra la inquietud entre de los turistas nacionales e internacionales, que incrementa la amenaza hacia una nueva frenada caótica del sector turístico del país.
El estallido exponencial de nuevos casos surgido justo en el momento en el que se esperaba un agudo repunte de reservas y el miedo ante la quinta ola, supone definitivamente una fuerte amenaza a que la recuperación turística sea lo vigorosa que auguraban los escenarios más optimistas.
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